Puede que sea porque nos gustan las plantas, pero creemos que los directores tienen más que aprender de los jardineros de lo que se puede pensar a primera vista.
Alguien que trabaja con plantas sabe que están vivas por lo tanto no se les puede forzar a crecer y que lo mejor que puede hacer es cuidarlas con esmero, sobre todo enfocándose al ambiente que las rodea.
También sabe que frutos podridos, plantas nocivas o plagas pueden dañar todo el jardín y está atento a limitar el daño que puedan hacer.
Es así de claro, un director puede ser muy productivo si invierte su tiempo en crear un ecosistema que invite a crear y crecer en lugar de tratar de controlar de manera individual cada pequeño brote.