¿Has comprado un boleto de avión en línea? y ¿qué tal un trámite con tu banco?
Si tu experiencia de usuario es como la de la mayoría, sabes que el resultado común con este tipo de tareas es una frustración gigante. Y ya sabemos que no, no quieres otro equipaje de mano, ni un seguro para tu mascota.
Cuando diseñamos experiencia para nuestros usuarios es muy importante tomar en cuenta que a nadie nos gusta sentirnos tontos, abrumados o engañados.
Cuando un sistema es complejo, un porcentaje amplio de tus clientes se culpará a sí mismo por no poder usarlo y si una persona que se siente incapaz, simplemente abandonará tu producto.
También hay que tomar en cuenta que la experiencia es un trabajo integral, no se trata solamente de una interfaz o diseño de producto, es importante considerar políticas, precios, servicio, e incluso el propio modelo de negocio, todo lo que sea necesario con la intención de que nuestro cliente se sienta más listo por elegirnos.