Es hora de hablar de negocios, y cuando necesitas apoyo para una charla de este tipo, la herramienta de elección es una presentación.
Las presentaciones están tan presentes en las empresas, los emprendimientos y hasta las ONG’s que a veces se obvia su importancia.
Para nosotros este tema va mucho más allá que de un conjunto de diapositivas, es un complemento de tu discurso que sirve para hacer más sólidos tus argumentos.
También es un excelente aliado para explicar mejores ideas complejas, sobre todo cuando lo que tienes que vender es un proyecto innovador o técnicamente complejo.
Piensa en tus presentaciones como armas de convencimiento con un efecto concreto en tu negocio, elementos que son: atractivos, simples, poderosos y un diferenciador entre los amateurs y los verdaderos profesionales.
¿Qué tienen que ver los muebles desgastados del Starbucks, el sonido de las Pringles y las cajas de los iPhones?
La respuesta corta es; la intención
La respuesta larga es; que una marca debe de cuidar la sensación de cada una de las interacciones que su usuario tiene con ella.
Esto incluye cada uno de los sentidos. La idea de esto no es solamente que el usuario se sienta bien, es reforzar el concepto de la marca por todos los medios posibles.
Los muebles desgastados del Starbucks buscan que su usuario se sienta como en casa, el sonido de las Pringles que relaciones su sabor con un estímulo sonoro y la caja del iPhone que tiene esa clásica resistencia al momento de abrirla, que ese momento no pase desapercibido.
Para posicionar una marca, cada detalle cuenta.
Este es la historia de un héroe que tiene un reto enorme el cual de no superarlo sufrirá la pena más dolorosa que pueda imaginar.
Este héroe proviene de una familia común, no tiene aparentemente ningún talento extraordinario, es atacado por enemigos que aparecen en su camino, no sabe qué hacer, pero encuentra un guía que lo ayuda a creer en sí mismo, a conquistar sus miedos y vencer ese reto.
Ese héroe eres tú.
Si sentiste que conectaste con esta pequeña narración, no es extraño, nuestra evolución nos ha diseñado de tal manera que preferimos el formato de historia a cualquier otro formato de información.
Si quieres que tu marca conecte, independiente dela industria, di lo que tienes que decir como historia y sobre todo recuerda, que en el centro de tu historia siempre debe estar tu cliente.
Una estrategia de marca es un plan que pone en orden qué eres como marca y cómo vas a conectar con tu audiencia.
Aun cuando puede considerar elementos visuales o de identidad, va mucho más allá. Es esencial que tengas claro qué espacio vas a ocupar en la mente de tu usuario, de qué atributos vasa ser dueño y cómo vas a lograr ese posicionamiento.
Algunos elementos de la estrategia, son, por ejemplo: la propuesta única de valor, los atributos de la marca, su promesa, sus perfiles de usuario, entre otros.
Recuerda que estos elementos son puntos de referencia, el nutrir y posicionar una marca es un trabajo de todos los días y la intención es que estos te sirvan para llevarla a buen destino, como a un marinero le servían las estrellas para navegar el océano.
Recuerda que no hay viento favorable para el barco que no sabe adónde va.
Creo que en la vida muchas de las mejores cosas que se pueden hacer es jugar.
El concepto de juego es interesante, porque al mismo tiempo que te limita poniendo reglas. te da libertad para crear.
Los límites cumplen una función importante porque sin ellos sería imposible lograr un objetivo, por esto tenemos porterías de cierto tamaño, los equipos tienen cierto número de jugadores y las piezas en el tablero se mueven de cierta manera y no de otra.
Trabajar con una marca también debería de ser como un juego y sus lineamientos, una guía clara para llegar a la meta que estás buscando.
Recuerda que con ciertas reglas se juega mejor, incluso para posicionar tu marca.
Hay un mantra en el área de los negocios que dice: Renovarse o morir.
Es un poco dramático si nos preguntan, pero no por eso menos cierto.
Creemos que cualquiera que tenga una empresa se ha dado cuenta que cambiar es parte del juego. Cambian los objetivos, cambian los clientes, la manera en la que entregas valor y el modo en el que organizas a tu equipo de trabajo.
A veces esos cambios son lo suficientemente relevantes que justifican rediseñar tu marca. Cuando eso pasa asegúrate que cada ajuste que se plantea tiene una motivación estratégica y que no está sustentado en un capricho.
Los objetivos a veces requieren una renovación sutil y otras veces un salto radical, lo importante es que cuando se cambia hay que hacerlo bien.
Todos los seres humanos buscamos identificarnos como conjunto.
En las familias lo hacemos mediante nuestras características físicas, en los equipos deportivos con lo uniformes y en los países tenemos nuestras banderas.
Esto no es algo casual. Para vivir necesitamos pertenecer a un grupo y confiamos en todos estos signos para saber si alguien es de nuestro equipo o es un adversario, queremos conectar con unos, pero al mismo tiempo diferenciarnos del resto.
Con las empresas pasa exactamente lo mismo, así que cuando estés trabajando en el logotipo, la identidad visual, o los colores de tu marca recuerda que lo que estás definiendo es tu bandera.
Se dice que algo existe hasta que tiene un nombre, antes de eso pertenece de alguna manera a un limbo de lo que está por venir.
Cuando nuestra directora general, Alba Bojórquez, estaba embarazada y antes de que su hija tuviera un nombre, ella le decía simplemente bebé.
Una vez definido que se llamaría Leonora, entonces su hija comenzó a tomar una dimensión de persona completa, con atributos y personalidad propia, incluso antes de verla por primera vez, comenzó a existir.
Eso pasa también con las marcas, por experiencia, el definir la identidad de un proyecto lo hace tangible.
Claro, no solamente se trata de tener un nombre, tendrá que ser memorable, atractivo y acorde a lo que queremos comunicar.
El nombre es importante porque marca no solamente el inicio, sino el futuro de una empresa.
Los objetivos de una empresa están continuamente marcados por las ventas.
Puede tener muchas otras intenciones, pero vender, es su sangre, es su fuerza vital. Una empresa puede fallar en muchas cosas, pero fallar en vender casi siempre es letal.
Hacer exitosa una empresa sin ventas, es como querer hacer crecer una planta sin agua, simplemente no va a pasar.
Aún así, muchas veces se pretende que un equipo comunique productos o servicios sin las herramientas adecuadas para hacerlo.
Con eso me refiero desde el conocimiento del producto o servicio, hasta la historia que la compañía quiere contar para que resuene con sus usuarios.
Tener las herramientas de venta adecuadas se siente como tener súper-poderes y créenos que si quieres que alguien los tenga, es tu equipo.
Campaña es un término directamente tomado del lenguaje militar.
Cuando un gran conquistador como Alejandro Magno o Napoleón tenía un objetivo, iniciaba una campaña.
En esos casos sus herramientas eran militares; fusiles, espadas y soldados.
En el campo de los negocios este tipo de “campañas” tienen que ver con conquistar, no territorios, sino usuarios, y para triunfar hay que ganar no sólo su mente, sino también su corazón.
Puede parecer lejano, pero muchos de los elementos del pasado se siguen conservando; necesitas un objetivo bien definido, una estrategia sólida, un equipo bien entrenado y coordinado, la valentía para seguir adelante, pero también la sabiduría para retirarte a tiempo.
Los negocios son una gran aventura y allá afuera hay muchas grandes batallas para ganar. Diseña tu campaña.